Morrissey, “El Hombre”
En toda mi existencia jamás paso por mi cabeza que algún día tendría el gusto, la suerte, el honor de ver a tan grande artista. Con un Palacio de los Deportes lleno, el 31 de marzo Morrissey salió al escenario a las 9:40 pm para dar, en una escala muy personal, uno de los mejores conciertos a los que he asistido en toda mi vida.
Con un muy original idea para abrir un concierto, las luces se apagaron para dar inicio a una serie de videos de diversas bandas y artistas, incluida una poetisa, nada del siglo XXI, solo video de los 80’s para atrás; y aunque algunos odiaron el tiempo de espera con estos videos, debemos admitir que una banda contemporánea no hubiera encajado.
Cayó la manta que hacía de pantalla, y El Hombre salió con sus músicos y repitió dos veces: familia, sus músico, nosotros e inició la magia con Suedehead. Como fondo nada mas que una pantalla que transmitía imágenes que se iban repitiendo y que en su momento emitió un par de videos que mostraban la pobreza empática del ser humano.
Admirado ante la entrega de su público, no dejó de sonreír, y éste le agradeció con ensordecedores gritos, aquellos que estaba en pista se arremolinaban, todos cantaban y aplaudían, alguien comento: me aplastaron, perdí un zapato, casi caigo y pasan sobre mi, pero valió la pena cada minuto.
A mitad del show su tecladista, hispanohablante, tomó el micrófono y nos canto e español mientras Morrissey tocaba el pandero, después cada unos de los músicos se presentó y el tecladista, una ve mas tomo para presentar a “Morrissey, el hombre”; el Palacio estuvo a punto de caer ante la ovación, El Hombre, no dejó de sonreír.
Una hora veinte minutos después se iba, y todos quedamos esperando alguna canción, sin embargo, ¿cómo dar gusto a todos con tantos años haciendo música a cuestas? Todos quedamos esperando alguna canción en particular, pero todos salimos satisfechos y felices de haber estado ahí.
Reseña por: IGUANA (Ines Hernandez)
Fotografias: Diamante Gutierrez
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